Si bien a muchas personas les gusta aumentar las frecuencias bajas y altas, esta configuración puede no sonar mejor en tu sistema. La mejor forma de determinar la configuración de EQ más adecuada es a prueba y error. Tus bocinas y el interior de tu automóvil entran en juego, así como también el tipo de música que normalmente escuchas.
Comienza con todos los controles deslizantes o perillas planas, para que el EQ no afecte tu sonido. Luego, gira cada control hacia arriba y hacia abajo para escuchar qué parte del sonido afecta. Realiza los ajustes menores a las frecuencias apropiadas que faltan o son demasiado fuertes hasta que suenen bien. Por ejemplo, si tus voces no están llegando claramente, aumenta un poco las frecuencias medias.
Tal vez las voces no son claras porque los agudos son demasiado penetrantes. En este caso, atenúa algunas de las bandas de frecuencia más altas un poco. Y en lugar de aumentar las frecuencias bajas en toda su extensión (todos hemos tenido la tentación), intenta levantarlas solamente un poco, mientras bajas los medios y agudos un tanto más: obtendrás una ganancia más efectiva de tu sistema de esa manera (y no quemarás tus bocinas). Lo mejor de tener un ecualizador es que puedes cambiar el sonido de tu música rápida y fácilmente para que coincida con tu estado de ánimo.
Puedes leer también nuestro artículo sobre como conectar tu ecualizador.